El fantasma de la página en blanco

Un cuaderno en blanco sobre una mesa de madera. En el centro del cuaderno hay un dibujo de un fantasma.


El fantasma no deja de mirarte. Ahí está, con su blanco manto, revoloteando delante de tus narices. 

Hasta dirías que se lo pasa bien. 

solo quieres escribir y que te deje en paz, pero el fantasma se divierte con tus agobios y dudas. Cada vez que quieres empezar a escribir algo, viene y te dice:

—¡Ja! ¿Quieres empezar a escribir algo nuevo? Pero si te llevas todo el día borrando mensajes y tuits antes de enviarlos. ¡No eres capaz! 

Y el fantasma se ríe de ti. Sabe que te llevas horas y horas mirándole sin escribir ni una sola palabra...

¿Pero sabes qué? Que no hay fantasma que se resista a una página llena de tus maravillosas letras. En esta entrada voy a ayudarte para que sepas cómo empezar a escribir algo y cómo superar el bloqueo inicial.

Es hora de despedir al fantasma de la página en blanco.




El fantasma se alimenta de tus miedos


Porque suele ser el miedo lo que nos frena a la hora de empezar a escribir algo. 

• Miedo a hacerlo mal.

• Miedo a que no sea suficiente.

• Miedo a que no guste lo que escribes.

• Miedo a cometer errores.

• Miedo a perder el tiempo.

• Miedo a bloquearse.


Estos y otros muchos miedos pueden atar tus dedos e impedir la lluvia de letras. Lo malo de no atreverte a escribir y quedarte mirando la página en blanco es que puedes agobiarte y desesperarte

¿Y qué pasa cuando te agobias? Que empiezas a tener pensamientos negativos y limitantes y comienzas a creer que eres inútil, que nunca terminarás nada porque no sabes empezar, entre otras cosas feas. 

Es entonces cuando apagas el ordenador o cierras el cuaderno y dimites. Ahora, cuando quieras ponerte a escribir, recordarás el bloqueo y el agobio hará que no te quieras poner y así estarás en un bucle infinito de negatividad y frustración. 

Pero lo bueno de los bucles es que igual que los creas los puedes detener. Tú y solo tú. Y yo te voy a ayudar a que lo hagas.



¿Por qué te bloqueas cuando quieres empezar a escribir algo?


Los bloqueos se terminan cuando encuentras las causas que los generan. Hay varias que pueden estar haciendo que no des el paso para empezar a escribir algo y te voy a hablar de ellas.


No sabes lo que quieres escribir


Sentarse a escribir y dejarse llevar está bien. Puede servirnos para sacar lo que llevamos dentro o para hacer una tormenta de ideas. Escribir sin ideas previas tiene su utilidad, pero a veces también tiene su lado negativo.

Imagina que sales de tu casa y te montas en un tren sin saber tu destino. Probablemente te pierdas o tengas indecisión a la hora de bajarte en una parada. No sabes cuál es tu destino ni qué quieres ver. 

Escribir es un viaje y prepararnos para dicho viaje es importante para no perderse. 

No tiene que ser algo rígido. Puedes decidir lo que quieres escribir, organizarte y al mismo tiempo dejar margen para la improvisación. Fluir es algo clave. 

El bloqueo llega cuando te sientas a escribir sin tener ni idea de lo que quieres escribir. Esto puede hacer que:

• Te agobies porque no tienes ninguna idea clara.

• Tengas indecisión, ya que tienes varias ideas y no te decides por ninguna. 

Todas estas situaciones pueden generarte un bloqueo que te haga sentir agobio y frustración, entrando así en un bucle en el que normalmente acabas por cerrar el documento en blanco y dejarlo para otro día. 



Tu idea es una mesa sin patas


Vale, a lo mejor sí que tienes una idea de lo que quieres escribir. Te sientas, abres tu documento, empiezas a escribir y todo parece ir maravillosamente bien.
 
Sin embargo, llegas a la mitad de la página y te vuelves a quedar en blanco (ya está el fantasma riéndose otra vez) porque no sabes cómo seguir. 

Hace un tiempo me pasaba esto. Tenía claro que quería escribir sobre algo, pero no terminaba de desarrollarlo. Mi idea era una mesa sin patas sobre las que sostenerse. Es posible que a ti no te suceda, que tengas la idea en mente y puedas extenderla sin problemas, pero a veces hacerse unas cuantas preguntas antes de lanzarse a escribir puede ayudarte a que escribas con más soltura. 

Porque ponerte a escribir con tu idea recién nacida puede hacer que:

• Te atasques en la primera página porque no sabes cómo seguir.

• Tengas que usar tiempo para documentarte sobre algo y cortes así la sesión de escritura. 

• Tengas muchas dudas mientras escribes.

No necesitas tenerlo todo claro (porque te pueden surgir ideas mientras escribes), pero pensar un poco más en tu idea hará que te bloquees menos y puedas escribir con más seguridad. 




No tienes ni idea de cómo empezar


¡Tienes una idea y has pensado lo suficiente en ella! Tienes clarísimo lo que quieres escribir, peeeero no sabes cómo comenzar

Has escuchado por ahí que los comienzos siempre son importantes porque es la primera toma de contacto con las personas que nos leen y tienes miedo de hacerlo mal. 

Y cuando hay miedo, hay dudas (y el fantasma revolotea sobre tu cabeza de nuevo). Es cierto, el comienzo es importante. Da igual si escribes novelas, poesía o artículos. El principio es tu carta de presentación, el enganche para que quieran seguir leyendo y adentrándose en aquello que has escrito. 

Si no tienes ni idea de cómo quieres que empiece tu historia o lo que sea que escribas, difícilmente podrás ir más allá. 

¿Y qué pasa cuando tienes miedo a no saber escribir un buen comienzo?

• Que no escribes nada.

• Que no te permites pensar en cómo te gustaría empezar porque dudas mucho de todo.

• Que no llegas a la segunda página nunca. 


Por eso luego piensas que nunca llegarás al final y acabas creyendo que eres un fracaso sin darte la oportunidad de comenzar. Te voy a hacer spoiler: no eres un fracaso, solo necesitas organizarte un poco.




Quieres que sea perfecto


Que sí, que tienes claro todo, que sabes cómo quieres comenzar. Te sientas a escribir y todo fluye hasta que te da por leer lo que has escrito

—¡Vaya mierda! No me gusta —exclamas mientras borras todo lo que has escrito.
—Te lo dije, tú no sales de la primera página —responde el fantasma de la página en blanco mientras se siente importante.
 
¿Te suena de algo esta escena? A mí sí, porque me pasa mucho. Escribir y revisar lo que escribes puede hacer que nunca avances porque nada te parece suficientemente bueno. Le vas a sacar defectos a todo, te vas a entretener revisando cada frase y al final la energía que tenías reservada para escribir se esfumará.

Ningún comienzo te parece el apropiado y por tanto jamás comienzas a escribir. La perfección es la piedra que corta el curso natural de tu escritura.


Un fantasma con gafas de sol.
El fantasma sintiéndose importante porque tienes miedo.


Te fuerzas tanto que te rompes o lo dejas para el año que viene


Nunca encuentras el momento para empezar a escribir. Tienes demasiadas cosas que hacer y cuando piensas en sentarte a escribir te agobias porque recuerdas que hace tiempo que deberías haber empezado.

Quizás no te encuentras bien física o mentalmente o simplemente te apetece más hacer otra cosa. Voy a darte mi opinión sincera y humilde sobre esto: forzarte a escribir es el camino directo para dejar de escribir.

Sí, sé que muchas personas piensan que hay que escribir diariamente y forzarse a escribir aunque sean cinco minutos mientras comes a toda prisa porque te tienes que ir a hacer cosas. 

Yo soy más de creer en el equilibrio, pues creo que los extremos son malos. Procrastinar y no empezar a escribir por tus inseguridades o lo que sea hará que nunca te pongas, pero forzarte a hacerlo aunque tengas cuarenta de fiebre tampoco es que te vaya a ayudar mucho.
 
Así que sí, a veces el bloqueo nace del agobio que te produces al forzarte y también de la sensación de culpabilidad cuando procrastinas y nunca te lanzas. 



Voy a comenzar a escribir, pero espera que antes quiero mirar Twitter


—Bueno, es hora de ponerse. ¡Toca empezar a escribir el capítulo!
—Tienes diez notificaciones en Facebook, siete en Instagram y ocho en Twitter. Ah, tienes mensajes de tu prima y de tu mejor amigo. ¡Y no olvides que tienes que poner la lavadora! —te recuerda el fantasma amablemente.

Porque sí, tienes tu idea bien estructurada y clara para ponerte a escribir, una motivación espectacular y las musas se toman el té contigo. Entonces decides que tienes que mirar tus ochenta redes sociales, revisar tu correo y hablar con alguien sobre la serie que estás viendo.
 
Vale, a lo mejor no te bloqueas y simplemente en vez de tardar una hora en escribir tu comienzo tardas tres días, pero a lo mejor acabas distrayéndote tanto que terminas por dejarlo. Las distracciones, normalmente, hacen que pierdas el foco y que no te concentres.
 
Lo sé, la multitarea está de moda y te han dicho que eres como un ordenador que puede hacer varias cosas a la vez. ¿Pero no crees que intentar alumbrar con una linterna varios objetos a la vez hará que todos pierdan luz y claridad?
 
A lo mejor el fantasma de la página en blanco tiene la cara de tu red social favorita o de un televisor...



Todo tiene solución



No estaría aquí escribiendo sobre problemas si no pudiera ayudarte. Si tu bloqueo está relacionado con alguna de las causas anteriores (o varias), te animo a que sigas leyendo, porque ahora voy a ofrecerte remedio para cada causa.
 
Diferentes llaves.
Te voy a dar unas cuantas ideas y llaves para que te liberes de tu bloqueo.




¿Qué quieres escribir?


Despejar tu mente de esta duda hará que esa página en blanco se llene rápido con tus letras. Si te has sentado a escribir para ver si te salía algo interesante y no se te ha ocurrido nada, espera un momento.

Pregúntate qué quieres escribir. 

¿Sobre qué tema te gustaría escribir? ¿Hay alguna historia rondando por tu cabeza? Dedica unos minutos o lo que necesites a pensar qué quieres o sientes que te apetece escribir.
 
Saberlo hará que sepas qué escribir y que no te quedes dos años mirando la hoja en blanco. Ya no esperas a las musas porque ya te has encargado de ir a verlas.

 

Dale forma a tu idea


Una idea tiene su propio tiempo de gestación. Puede que te pongas a escribir sobre ella cuando todavía no le ha dado tiempo a nacer y desarrollarse.
 
Que no, que no tienes tampoco que esperar nueve meses. Simplemente extiende un poco más tu idea.

Puede que quieras escribir sobre finanzas, pero no te has parado a pensar sobre qué exactamente. ¿Bitcoin? ¿Inversiones? ¿Ahorros? Como ves, todo tema tiene muchos temas.
 
A lo mejor te apetece escribir sobre vampiros y maldiciones, ¿pero qué maldiciones y qué tipo de vampiros?
 
Tu idea es como un árbol y tienes que tener en cuenta las ramas para poder verlo entero. Dale un poco de forma a tu idea. No necesitas tenerlo todo pensando antes de ponerte a escribir, pero sí que viene bien tener un pequeño barco antes de zarpar para sostenerte en pleno viaje escritoril y no hundirte.

 

Visualiza el comienzo antes de escribirlo


Lo tienes todo claro. Te sientas a escribir, pero no sabes cómo empezar.

Bien. Respira, relájate y vete a tu imaginación. Sí, deja el ordenador, el cuaderno o lo que sea que uses para escribir.

Imagina.

¿No sabes cómo imaginar? ¡Pues claro que sí! Pero te diré un secreto: las preguntas disparan la imaginación porque tu cerebro siempre necesita responderte.

Así que pregúntate:

• ¿Qué comienzo me gustaría darle a mi historia?

• ¿Cómo puede empezar mi artículo?

• ¿Con qué frase puedo empezar a transmitir lo que quiero comunicar o enseñar?

Hazte las preguntas que sean necesarias y dale rienda suelta a tu imaginación. Al tener clara la idea sobre la que quieres escribir, tus neuronas empezarán a trabajar para ofrecerte diferentes formas de comenzar tu texto. 

Así que no te digas cosas feas. Mejor hazte preguntas y desata tu creatividad. 

Y date tiempo, que ya te veo queriendo una respuesta a los dos minutos 😜




Deja de borrar, por favor


¿Construirías una casa por el tejado? Yo no lo haría (y si tú lo haces, necesito saber cómo lo logras). Entonces no quieras tener el comienzo perfecto antes de escribirlo.
 
Si te pones a escribir y revisas cada palabra y cada frase para luego llegar a la conclusión de que es mejor borrarlo todo, me parece que vas a entrar en un bucle del que te va a costar salir.

Y te lo digo yo, que hace años revisaba cada letra y podía estar diez minutos para escribir una sola frase. Por supuesto, tú decides cómo organizarte, pero yo te recomiendo que primero escribas todo y luego dediques el tiempo que necesites para hacer todas las revisiones y cambios que quieras.

Dejar que tus letras fluyan hará que te bloquees menos. Es mejor tener un borrador de tu comienzo que no tener nada. No puedes mejorar lo que no existe.
 
Lo sé, tenemos una cosita por dentro que siempre nos anima a querer que sea perfecto, que guste, que sea ideal...

Peeero:

• Nada es perfecto ni falta que hace. Todo es siempre mejorable, así que no te obsesiones.

• Lo que escribes no tiene que gustarle a todo el mundo.

• No puedes mejorar un texto que no has escrito.

• La perfección y el miedo a hacerlo mal harán que nunca empieces a escribir y eso sí que es triste. 

No seas la piedra de tu propio camino y permítete empezar el viaje. 




Busca el equilibrio y enfócate


Entre forzarte a escribir y procrastinar hay una línea que a veces nos saltamos con tal facilidad que parecemos canguros. Puede que tú vayas de un extremo al otro, del cero al cien.

Lo bueno es que existe el cincuenta.

Quiero decirte que:

• No tienes que forzarte a escribir si te sientes mal, tienes muchas cosas que hacer o no encuentras el momento. Tenemos vida y un cuerpo que debe descansar. No vas a lograr nada bueno moviéndote por la culpa que sientes al pensar que deberías escribir diariamente mil palabras. 


• A veces dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy. Y para pasado lo de mañana. Procrastinar es sencillo y tentador. Sobre todo, cuando piensas que lo que haces no vale para nada, que nunca mejorarás ni conseguirás lo que te propones.

Si de verdad quieres escribir, hazlo. Organízate según tus necesidades y dedícale tiempo. En la escritura no solo escribimos, sino que aprendemos constantemente y hacemos muchas otras cosas.


Además de estos dos extremos, existe un factor importante: las distracciones. 

Si te vas a poner a escribir o a hacer algo relacionado con la escritura, intenta que sea en un sitio en el que te puedas relajar y alejar de ruidos y distracciones.

Y bueno, si cierras la puerta, las pestañas del navegador y alejas un poco tu móvil, mejor.

 

El secreto definitivo para no bloquearse: confía en ti


Todos los consejos que te doy pueden ayudarte, pero hay algo que es mucho más importante. Sí, tienes que confiar en ti. Tienes que permitirte hacerlo mal. Incluso tienes que aceptar que tienes miedo e inseguridades.

No pasa nada por sentirse así o por bloquearse. Esto no te hace peor, sino más fuerte. En la escritura nos encontramos con bastantes dificultades y aprender a resolverlas nos enseña y nos hace mejores. Nunca aprenderás si no hay nada que aprender. 

Ten paciencia contigo, date tiempo y la oportunidad para superarte. El día que termines lo que quieres escribir mirarás atrás y te darás cuenta de que ese fantasma tan molesto no pudo contigo. Yo estoy aquí para ayudarte, pero tú siempre serás tu mayor ayuda




Comparte tus fantasmas



Como siempre, te invito a que compartas tu experiencia con la comunidad de Motivación Escritoril.

¿Tienes alguno de los bloqueos mencionados? ¿Cómo los superas?
 

¡Comenta libremente!


Nos leemos.


—¿Ya está? —me pregunta el fantasma.
—Sí, ya te puedes ir.

Un fantasma con apariencia triste.
El fantasma tiene bajón porque ya has superado tus bloqueos.




6 comentarios:

  1. ¡Gracias por la entrada! Llegó justo en el momento en que más lo necesitaba. Casi no comento en ningún blog, pero reafirmo que me gusta mucho tú contenido y leo lo que publicás en Twitter / Telegram. Es curioso, la importancia de creer en nosotros mismos y en como ese factor inclusive en que tan lejos llegamos con nuestras metas ¡El oficio de un autor/a es sin duda enriquecedor! A mi lo que me funciona cuando estoy bloqueada es darme ánimos viendo películas, series, leyendo otros trabajos. Soñando despierta con la trama de mi historia etc.

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  2. Gracias, Cata. Agradezco siempre tus comentarios y tu confianza. Me alegra que lo que hago te sirva de ayuda. A mí también me gusta inspirarme y soñar despierta. Nunca paramos de crear :)

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  3. ¡Hola!
    Hasta a Borges lo perseguía el fantasma, recuerdo leí una entrevista donde contaban todos los cuentos que tiró a la basura porque no era lo que él quería. Me pasó en algún momento de hacerlo, de hecho, tiré toda una novela a la basura cuando me mudé de casa. La leí y no podía concebir haber escrito algo así n.nU con el tiempo, he dejado las cosas guardadas, ahí, juntando polvo porque en algún momento, puedo darle una vuelta de tuerca.

    Siempre escribo todo lo que se me ocurre y pasado el tiempo, decido si sirve o me es de utilidad, tengo un cuadernito lleno de incoherencias gracias a eso, pero ayuda muchísimo, más cuando no sabes qué escribir, leer esas ideas viejas puede o ayudarte a continuar con alguna o darte una idea nueva.

    Una entrada muy completa ¡Gracias por compartir!

    ¡Un abrazo!

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    1. Lo cierto es que todas las ideas que tenemos pueden ayudarnos incluso cuando creemos que son malas. Mejoramos gracias a la práctica y aquello que un día escribimos es lo que hoy nos ha hecho escribir mejor. Me alegra que tus viejas ideas te sigan ayudando, eso es genial.

      Muchas gracias por tu comentario :)

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  4. Me ha parecido muy interesante esta entrada Lori, realmente ayuda cuando te sientes vacía. Gracias. Un verdadero placer leerte. Abrazos

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    1. El placer es mío porque puedo ayudarte. Otro abrazo para ti y gracias ❤

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